¿Cuántas veces hemos querido acercarnos a Dios a través de la oración y la meditación de Su Palabra y los afanes del día a día, no, nos lo han permitido?

Hoy, Dios ha puesto en pausa nuestras vidas tan ajetreadas para darnos momentos de quietud y así aprovechar este tiempo para acercarnos a Él y conocerlo más profundamente cada día.

¡Ora sin cesar! Busca tiempo de intimidad con nuestro Dios, con el Eterno, con el Gran Yo Soy, con el Dios de nuestra Salvación y mantente quieto y busca Su Presencia, pide, ruega, clama porque el Espíritu de Dios te revele los pensamientos de Dios para ti y lo que hoy quiere mostrarte en esta situación.

Medita en Su Palabra, deléitate en ella, busca y repasa en tu mente lo leído, escudriña hasta entender lo que Dios quiere decirte, no te muevas hasta que Dios mismo te dé la sabiduría y el discernimiento para seguir adelante.

El deseo de Dios para nosotros es el acompañarnos en todo momento, dándonos dirección y aliento, dándonos nuevas fuerzas para levantarnos para hacer Su voluntad en cada instante de nuestra vida diaria.

Hoy esforcémonos y seamos valientes, no nos apartemos de la bendición que nos da leer Su Palabra y de comunicarnos con Él a través de la oración.

Es momento de fortalecer y hacer crecer nuestra Fe y detenernos para oír Su dulce voz.

Pedid, y se os dará; buscad, y hallareis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y el que llama se le abrirá.

Mateo 7:7-8 (RVR1960)

 

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