Nuestro pastor nos ha dado la oportunidad de meditar en esta porción de la Biblia, en esta historia descrita en Génesis 37, donde José el hijo predilecto de Israel es metido en un pozo y vendido por sus hermanos.

¿Cuántas veces nuestra arrogancia, nuestra falta de humildad, nuestro hablar, nuestro actuar, nos ha llevado a un pozo muy profundo?

En ese momento de desesperación y angustia donde creemos que todo está perdido, cuando nos enfrentamos a lo que verdaderamente somos y en lo que le hemos fallado al Señor perdiendo nuestra fe y esperanza, totalmente rendidos y solos. Es luego, entonces cuando Dios se inclina hacia nosotros y nos escucha y nos permite en esos terribles momentos recordar su palabra…

Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.

Romanos 8:28 (RVR1960)

Aunque estemos inmersos en ese pozo de desesperación, angustia y temor, Dios nos muestra que estar ahí puede ser transformador y ser útil para nuestro bien, por medio de Su poder y amor por cada uno de nosotros.

Él nos da la oportunidad de arrepentirnos de nuestros pecados y volver nuestros ojos a Él y confiar en Su poder e inmenso amor por nosotros. Él nos acompaña en ese pozo y Él mismo nos transformará a través de su Espíritu Santo para salir de ese pozo siendo nuevas criaturas con un espíritu nuevo y una mente renovada para vivir verdaderamente conforme al propósito por el cual hemos sido llamados a servirlo.

…Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?

Lucas 18:8 (RVR1960)

Asegurémonos que hoy en estos tiempos de adversidad, nuestras lámparas estén llenas de aceite para el día que nos encontremos cara a cara con nuestro Salvador, nos abrace y nos de la bienvenida a Su Reino.

Ora y medita en Su Palabra, toma tiempo para conocer más de Dios y hacer Su voluntad en este día y cada día de tu vida.

 

Ministerio de Redes y Contenido